Este es un botín que no dejarán ir. Junts vio en las diferencias entre ERC y el socialismo sobre la definición y el alcance de lo que significaba «financiación unificada» -como se esboza en el pacto de toma de posesión de Salvador Illa- como una forma de recuperar espacio político y agotar a sus rivales. Mientras el partido espera que se determinen su dirección y sus estrategias en su congreso de finales de octubre -la principal incógnita es el papel de Carles Puigdemont-, el partido ha decidido optar por un estilo de oposición de línea dura, que equivale a socavar una acuerdo de financiación. lo cual, nomenclatura aparte, es casi una copia al carbón de lo que dijo Arthur Maas en 2012.
Mientras PSOE y PSC se apresuran a matizar las palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que negó que el acuerdo con ERC fuera un «acuerdo económico» al estilo vasco, Junts registró dos solicitudes de comparecencia en el Congreso, ambas por parte del citado la ministra y la vicepresidenta primera, así como el jefe de la presidencia, Félix Bolaños, por obligarles a explicar los detalles de la financiación unificada de Cataluña que acordaron con los republicanos.
En los dos escritos recogidos por Epp Younts, pide a la vicepresidenta y a la ministra que informen de la «propuesta exacta» de financiación única para Cataluña, teniendo en cuenta las diferentes interpretaciones de lo firmado. Montero destacó este miércoles que esta financiación singular no constituye un acuerdo económico como el del País Vasco ni una reforma del uso de la financiación autonómica, comentarios que preocuparon a Esquerra, que lo vio como un acuerdo y avisó de que retiraría su apoyo a al gobierno si se incumple el acuerdo. Varios ministros en las últimas horas y sin entrar al debate sobre su designación han garantizado que el Ejecutivo mantendrá lo acordado.
Después de que el miércoles comenzara la disputa -ERC amenazó con retirar su apoyo al PSOE en el Congreso si no se respetaba el acuerdo-, Junts ya se ha pronunciado contra sus ex socios republicanos, a los que acusó directamente de mentir a los ciudadanos al asegurar que Aceptaba era un «concierto» que el gobierno desmiente hoy. «Todo demuestra que la nueva mayoría política que se está formando en Cataluña se construye sobre la base de un engaño deliberado. Un fraude basado en el uso fraudulento del término concierto económico, que se impuso en el discurso público para potenciar las oportunidades de opa de Salvador Illa», subrayaron desde Junts.
La realidad es que lo acordado entre el PSC y ERC es esencialmente un acuerdo de financiación equivalente al 'concierto' del que disfrutan las diputaciones provinciales, salvo que incluye un 'concierto' 'contribución conjunta' para ayudar a las comunidades con menos recursos. Sin embargo, en ningún caso se incluye en el acuerdo el término «concierto», y esta definición preocupa claramente a PSOE y PSC, conscientes de las reticencias que provoca en otras comunidades.
Por otro lado, Esquerra no dudó en utilizar la expresión «concierto» para definir lo firmado, una forma también de convencer a los militantes del partido que acabaron aprobando el acuerdo por un estrecho margen. «Entendemos las declaraciones del vicepresidente Montero en el contexto de presiones del resto de comunidades autónomas y partidos políticos, pero él sabe perfectamente lo que se firmó: el acuerdo económico, aunque no quiere llamarlo así», subraya el comunicado firmado por la dirección republicana tras conocer el «no» de Montero a la extensión, aunque sea nominal, del modelo vasco a Cataluña.
La realidad es que con sus siete votos decisivos en el Congreso, Junts puede tener la última palabra sobre la reforma de la financiación catalana, que según los términos propuestos debe pasar por las Cortes para avanzar. Queda, por tanto, por ver cuál será la estrategia del partido de Puigdemont, que, en su afán de debilitar a ERC, puede intentar incrementar el precio del acuerdo, con el riesgo de que el resto de partidos que apoyan al Gobierno en el Congreso apoyen abajo. De momento, intentarán presionar a los ministros Montero y Bolaños y lucir así los colores de ERC.